1ª SESIÓN (Martes 7 de abril de 2009)

Siempre me pasa lo mismo, me cuesta mirar a las personas a la cara cuando comienzo los ensayos. En cierta manera es un pudor irrefrenable hacia la expectativa de los demás. La habitación es cómoda, la luz estupenda y las actrices dispuestas y con muy buena energía. Hablo de que somos instrumentos para el dramaturgo, que no hay director o actrices, que no hay necesidad de puesta en escena…Da igual, me siento en un ascensor hablando sin oír lo que digo. De repente una de ellas exclama: ¡Que bien, vamos a poder investigar! Aprobación de las demás. Respiro tranquilo. Estoy a salvo y no hay expectativas. Perfecto. Es hora de comenzar.

La única consigna de hoy es dejarse llevar por la propuesta que se les vaya haciendo para intentar encontrar cosas desde un punto de vista anterior a la propia palabra, tratar de encontrar el mundo sensorial del que hemos estado hablando Rubén y yo en la sesión anterior, para finalizar con el trabajo sobre las soledades de cada una de las mujeres.

El primer trabajo es que exploren este espacio como un sitio nuevo, que lo investiguen sensorialmente, que se dejen conducir por él sin prejuicio alguno, que conviertan la sensación en impulso… En este trabajo las actrices encuentran cosas tan interesantes como: usar la repisa como cama, la ventana en el suelo como vitrina de cadáveres, los cables de la luz se convierten en una cruz, los ruidos del suelo, las posiciones de soledad que les daba la sala... Tras esto comentamos las sensaciones que hemos experimentado: el estar encerrados, la sensación de la luz como desplazamiento del día, la sensación de regresión que el espacio les daba, como se transformaba en consultorio médico, en casa antigua, en un campo… Un aspecto curioso fue que cada una de ellas trabajaba hacia un nivel: Vanesa, el suelo, Tatiana la pared y Pepa, el cielo.

Interesante…, el mundo de la obra estaba ahí mismo, listo para ser descubierto… como siempre.

La segunda propuesta que les hago es el trabajo sobre seres pesados. Cada una de ellas trabaja con imágenes precisas que van conformando su mundo: suelo de sangre, estar bajo tierra, el monasterio (esta es muy interesante ya que Vanesa intuitivamente da una primera pincelada sobre la culpa de Paqui), el quirófano…

Pasamos al trabajo sobre los seres ligeros. En este aspecto veo como comienzan sus cuerpos a ser demasiado obvios, a hacer movimientos tipificados y los que se suponen propios de los seres ligeros.., prefiero que sigan un rato en ese estado y entonces les pido que hagan acciones concretas desde la ligereza. Su calidad de movimiento ha cambiado, las acciones les vuelven más precisas, Rubén apunta desenfrenadamente material, para, aguanta la respiración y me sugiere una concreta: que los personajes “busquen” desde esa ligereza. Las miradas de las actrices traspasan las paredes de la sala, ya no estamos ahí, estamos en cada uno de sus mundos. Rubén continúa: “que comiencen a ver vivos”, me susurra. Acto seguido las mismas actrices comienzan a concretar las acciones y trabajar en focos invisibles para nosotros pero totalmente visibles en ellas.

Este trabajo nos da lugar a una opción importante: ¿Cómo ver esa nueva realidad? ¿Desde nosotros o desde fuera? Este aspecto ayudaría a Rubén a intuir si María en la obra ve desde fuera los fantasmas o los ve desde ella.

Tras un merecido café, el ambiente ha cambiado. Ya no hay distancias, ni miradas a los pies, el vacío se ha convertido en un camino seguro al aceptarlo como tal.

La sesión se reanuda con improvisaciones sobre las diferentes soledades:

- soledad ante lo que se puede llegar a perder y la manipulación para no perderla; este trabajo lleva a las actrices a trabajar en tres niveles. Es especialmente interesante la mirada de odio de la alcohólica. Trabajamos ese personaje peinando a otra actriz, acto seguido, y por petición de Rubén,se sienta en su regazo mientras la actriz, le canta una nana.

- Soledad de la que está fuera del país. Les proponemos que están en su acción cotidiana y que estén pendientes de la puerta por si vienen los de inmigración. Hay un momento muy grato: Tatiana escucha una grabación colombiana en su móvil, mientras lo repite para no perder el acento. Pepa canta mientras llora suavemente. Intento sorprenderlas saliendo de la sala para llamar a la puerta jugando a ser de inmigración. Rubén apunta las reacciones para el personaje de Alejandrina.

- Soledad ante lo nuevo (lo extraño se vuelve cotidiano) esta improvisación ha sido un poco más floja por que la sesión estaba acabándose y no daba tiempo a dejar que encontrasen más cosas. En cualquier caso podremos retomarla en otro momento para aspectos concretos del texto.

Ya es la hora. Trabajo sobre una obra sin su texto, Rubén feliz por que ha visto por dónde pueden ir los tiros, y sobre todo, ya hay un grupo de trabajo conformado. Lo mejor está por llegar.

Tarea para el próximo día: lectura imaginativa del texto de tres formas distintas: una primera desde una vista de pájaro viendo las acciones y las atmósferas, otra lectura desde una vista desde un plano cercano viendo a los personajes desde fuera, y una tercera visión, desde el plano subjetivo del personaje, lo que ve cada personaje en ese instante.


Xavi

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